Crisis de ansiedad

Crisis de ansiedad

Ataque de pánico, crisis de ansiedad,…lo de menos es el nombre que le demos. Para quien lo haya sufrido en alguna ocasión (basta con una para recordarlo), será una situación de la que prefiera escapar y casi ni oír hablar.

Se trata de un período de tiempo limitado, en el que se sufre un intenso malestar, miedo o terror acompañado de varios síntomas físicos, como temblores, taquicardia, náuseas, sudoración, mareo o sensación de falta de aire, entre otros. Tras sufrirlo, la persona suele sentirse agotado.

Durante un ataque de pánico, la persona respira más rápido, más profundamente, o ambas cosas al mismo tiempo. Aparecen algunos de los síntomas físicos comentados, y esto hará que la persona se sienta cada vez más asustada y sus pensamientos le pongan en lo peor. Es habitual pensar “me estoy volviendo loco”, “me voy a morir”, “me está dando un infarto”.

Como es lógico, estos pensamientos empeoran aún más las sensaciones físicas, creando finalmente un círculo vicioso que parece difícil de frenar.

Tras una crisis, la persona suele quedar con cierta ansiedad residual. Y aunque las sensaciones son muy intensas y desagradables, no suponen un daño físico real.

Lo fundamental es saber que podemos enfrentarnos a esto. Podemos prevenirlos, aprender a reconocer cuándo se dan y practicar estrategias para afrontarlos si vuelven a aparecer. Por ello, si es un tema que te preocupa, te animo a pedir ayuda y buscar soluciones para sentirte mejor.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *