A muchos nos preocupa lograr una alimentación saludable. Actualmente, hay mucha información sobre la alimentación (a veces demasiada…), oímos hablar sobre los productos ecológicos, sobre los conservantes, sobre las grasas trans,.. y un sinfín de nuevas ideas y términos llegan a nuestros oídos.
Es indudable el beneficio que una alimentación saludable tiene en nuestra vida, en nuestro cuerpo, en nuestra salud, en nuestro cerebro y, en definitiva, en nuestra calidad de vida. Pero como todo, esto tiene su lado oscuro. Personas que llevan esta intención al extremo y que finalmente logran la meta contraria a la que perseguían: se hacen daño en su afán de estar más sanos.
Quizá éste también sea un término nuevo para ti, la ortorexia. Se trata de un trastorno alimentario, al igual que la anorexia o la bulimia.
Las personas que sufren ortorexia llevan al terreno obsesivo su intención de comer de manera saludable. Utilizan en su dieta sólo aquellos alimentos que ellos consideran “sanos”. Estas personas tienden a limitar (y muchas veces eliminar por completo) el consumo de carnes rojas, huevos, todos los productos lácteos, todo aquello que contiene grasas y azúcares (piensa en cuántos alimentos contienen algo de azúcar o de grasa),…
Esto no sólo limita la dieta, sino también la vida social de estas personas. Se sienten orgullosos y suelen mostrarse superiores a los demás por el nivel de vida alimenticio que llevan; menosprecian y critican abiertamente a todos los que no “cuidan” su alimentación como ellos creen que debe hacerse. Además, dedican muchas horas de su vida a organizar y planificar su dieta, pueden desplazarse largas distancias, buscar por internet y gastar grandes cantidades de dinero para adquirir sus alimentos especiales. Todo este patológico modo de vida lleva a conflictos con familiares y amigos, y conduce a la persona al aislamiento.
Además, estas personas se sienten culpables y sufren un gran dolor emocional al saltarse esas reglas alimentarias que se han marcado. Si en algún momento sucumben a la tentación de algún alimento “prohibido”, será muy alto el coste emocional y físico que le darán. Algunos, incluso se castigan con dietas y ayunos aún más rígidos a modo de compensación.
No cabe duda de que este trastorno es muy dañino y perjudicial para quien lo sufre, y también para aquellas personas que lo rodean. La ortorexia suele desencadenar en carencias nutricionales y otros problemas de salud física; pero también lastima gravemente la salud mental y emocional de quien la padece.
Por supuesto, te invito a perseguir una vida sana y una alimentación saludable. Pero con moderación, sentido común y corazón.