Llegó el primer día de consulta asustada, incómoda, perdida. Enseguida me lo hizo saber.Bastaron unos minutos de conversación para mostrarme que traía con ella una tristeza inmensa, una culpabilidad que la ahogaba y un mar de dudas.
Nos hemos visto ya unas cuantas sesiones.
Ayer, le propuse dejar que pasen algunas semanas más hasta vernos, y vi en su cara que comprendía y compartía por completo esta idea: se siente (es) más segura y fuerte. Sus palabras lo confirmaron.
Salió de consulta de una manera muy diferente a aquella primera vez. “Te echaré de menos”, dijo.
Y esta es la magia en terapia.
Es muy agradable aportar ese granito de arena a una paciente. Pero lo más satisfactorio es seguir su evolución, verla crecer, escuchar cómo sus sentimientos se vuelven más y más claros, y cómo sus pensamientos hablan de libertad y de quererse a sí misma.
Y, sin duda, me ofreció la mejor manera de terminar ayer un día intenso de trabajo… GRACIAS